
Con motivo de la inauguración con bombo y platillo de la librería Dolores Batista, el pasado martes 29 de junio, por las autoridades estatales y municipales que ya van de salida, me animo a publicar esta entrada que tiene el objetivo primordial de compartir un cuadernillo con leyendas escritas tanto en rarámuri como en español por la misma narradora y poeta Dolores Batista en 1994.
En uno de los once cuentos que componen Ra’ósari = Amanecer, “El consejo a los nietos”, un anciano se dirige a un niño de manera admonitora: “Tú vas a ser el que fortalezca estas tierras. Transmitirás todo lo que te he platicado desde hace tiempo. Si no lo pasas a otros se perderá”. Aunque el consejo se refiera a la tradición oral, lo mismo podemos hacer con los textos digitalizados en pdf, más aún si resulta imposible conseguirlos en físico. “Nosotros”, continúa el abuelo, “somos los tarahumaras, nosotros somos los que sostenemos al mundo, nosotros somos el pilar de este mundo: hay que recordar lo que platicaban los antepasados, así es como seremos más tarahumaras”. He aquí, entonces, el folleto Ra’ósari, editado por el departamento de difusión cultural de la UACH, en el número tres de su colección Flor de Arena.
Reproduzco, a continuación de manera íntegra, un post del muro del historiador Víctor Orozco, a propósito del mismo evento. Sus palabras y el material de lectura que ofrece son importantes para trascender lo simbólico del homenaje y conocer más sobre la tradición literaria rarámuri, en voz de sus portadoras. Al académico le llamó la atención el nombre seleccionado para nombrar a la librería. Y cuenta que:
Conocí a Lolita Batista, en 1993, cuando empezamos a dar a conocer colaboraciones suyas en la revista Cuadernos del Norte, hasta donde sé, la primera publicación que recogió sus textos. En marzo de aquel año, la Universidad Autónoma de Chihuahua y el Instituto Nacional Indigenista realizaron un encuentro de escritores indígenas, coordinado por Enrique Servín, escritor y políglota chihuahuense. A raíz de ese evento, la escritora Micaela Solís propuso una nueva sección de literatura en lenguas indígenas en Cuadernos del Norte. Comenzó con los cuentos o leyendas de Dolores Batista “El hombre y la zorra” y “Las monas de piedra”, en el número 27, de junio de 1993. Como referencia a la autora, se anotaba: «1961, escritora rarámuri nacida en Ojachichi, Chih., donde reside. Escribe cuentos y recoge tradiciones y leyendas.» Los textos originales fueron escritos en rarámuri y así los publicamos, junto con la traducción al español, efectuada por su autora. Al siguiente mes, en el número 28, apareció “El oso que robó una mujer”. Es común decir, con Cervantes, que leer un escrito traducido es como contemplar una pintura a través de un lienzo transparente. Se nublan los detalles y los colores se ven pálidos, sin el vigor de los originales. Seguramente, los profanos de la lengua rarámuri, nos perdemos de los ritmos, los recovecos y sutilezas que sólo comprenderán los avezados en el conocimiento de este idioma, como lo fueron Lolita Batista y Enrique Servín. Sí puedo advertir, sin embargo, en la brevedad de las leyendas, algún rasgo de la cosmogonía rarámuri, como en “El hombre y la zorra”, en el cual se resaltan la solidaridad, el compartir, la córima. Es una constante en los mitos de todas las civilizaciones el cruce de animales con humanos y la procreación de nuevos seres producto de estas fantásticas uniones. En “El oso que robó una mujer”, Batista plasma una de estas leyendas, en la cual la mujer madre del niño-oso, nada dice cuando el cura se niega a bautizarlo, sencillamente se va, terminado abruptamente el relato, un poco a la manera como actúan los rarámuris en la cotidianidad.
Las tres leyendas aparecidas en Cuadernos del Norte, “El hombre y la zorra”, “Las monas de piedra” y “El oso que robó una mujer”, pasaron integras a Ra’ósari = Amanecer, junto con ocho más. Orozco también compartió el poema de Batista, “Canción de las flores de México”, leído en el discurso de inauguración de la librería, por Concepción Landa, Secretaria de Cultura del gobierno del estado de Chihuahua:
Voy a mirar las flores
que se levantan en el campo.
Cuidaré las diferentes flores,
protegeré todas las que haya
para que vuelvan
hermosos nuestros montes.
Serán sesenta y dos especies
de flores, unas grandes,
otras pequeñas,
no importa que sean de formas
diferentes.
Esas flores son los idiomas
que se hablan en todo México
cantando por las llanuras los idiomas
de todos los indígenas que viven en
todo México;
y por los bosques también
en las cañadas y en las riberas
cantando por todo México.
El historiador chihuahuense concluye: “La sección de literatura rarámuri siguió por varios números más de Cuadernos del Norte, con textos de Lolita Bautista y de Erasmo Palma [también incluidos en el material y del que pronto ofreceremos uno de sus libros]. La revista fue durante varios años un referente de la creación literaria y la investigación en ciencia sociales de Chihuahua. Prematuramente Dolores Batista falleció en 2004, dejando un legado cultural para los chihuahuenses y sus hermanos los rarámuris de primera importancia. Celebro que la nueva librería lleve su nombre.”
Sin duda, siempre habrá que celebrar la apertura de una librería en cualquier parte del orbe. Sin embargo, para que el Centro Cultural Paso del Norte de Ciudad Juárez contara (de nueva cuenta) con una librería en sus instalaciones, se cerró la del Centro histórico, ubicada en la Antigua Presidencia Municipal, en un pequeño local, que gozaba de su encanto, al que se accedía por una puerta bastante discreta en la fachada principal. ¿Se habrá pensado en estrategias de reactivación para este tipo de negocios, respaldados por tantas instituciones, antes de optar por el cierre? Los 14 mil títulos que ahora ofrecen EDUCAL y el Fondo de Cultura Económica en la Dolores Batista se encuentran a tan solo un kilómetro de distancia, por toda la Benjamín Franklin, de la Librería Universitaria de la UACJ. Qué suerte para los que podemos acceder a ese sector de la ciudad.
Urani Montiel
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