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5 julio, 2022

Category: Odonimus

Avenida Talamás Camandari

miércoles, 18 julio 2018 por juaritosliterario

Manuel Talamás Camandari nació en la capital de Chihuahua el 16 de junio de 1917; fue el séptimo de un total de trece hijos, frutos de un matrimonio palestino. Comenzó sus estudios en el seminario de la misma ciudad en 1930, trasladándose a Roma, seis años después, debido a los problemas religioso-políticos del país. Obtuvo el título de Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana y fue ordenado sacerdote en tierras mexicanas en mayo de 1943. Luego de varios años de enseñanza y ocupando el puesto de rector del seminario de Chihuahua, en mayo de 1957 recibió la noticia de haber sido nombrado obispo de la recién creada Diócesis de Ciudad Juárez. El 8 de septiembre del mismo año se celebró su ordenación episcopal. A través de los años de su obispado, fueron construidos en la localidad el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, las oficinas del obispado así como los edificios CEDEC y CECADE, que se ocupan de la evangelización y catequesis del pueblo. El día de su cumpleaños número setenta y cinco en 1992, monseñor Manuel presentó su renuncia. Sin embargo, posterior a su dimisión y conservando el título de Obispo emérito, mantuvo actividad en la vida religiosa de la ciudad hasta su muerte en el 2005.

16 Talamás Camandari

La literatura fue uno de los medios a través de los cuales Monseñor Manuel Talamás Camandari logra acercarse a los fieles de forma personal. Hoy día sigue funcionando como vehículo de sus ideas. Durante su vida se publicaron textos de su autoría que pueden ser ubicados en el género del ensayo. ¿Cuál es su excusa?… un sondeo a la conciencia del hombre y Asómese… ¡Asómese a todo usted… a todo lo de usted… a todo lo que tenga que ver con usted… bueno o malo! interpelan directamente al lector en una búsqueda de la reflexión sobre el comportamiento cotidiano del hombre ante cuestiones de fe y de moralidad; no se limita a aspectos meramente religiosas sino que también llama la atención sobre temas políticos. Además se conservan de su autoría otros libros dedicados a razonar temas religiosos, sea en tono formal o cómico, como lo es Buen humor de un obispo con gotitas de sabiduría. En su autobiografía Mi vida en mosaico… historia de una vocación, reúne los episodios más sobresalientes de su vida hasta la fecha en que es publicado (1994) y de donde se extrae el poema titulado «Mi último mosaico», que conforma la parte final del libro. En él resume su vida a través de versos cortos que se disponen en forma de rima abrazada; parte desde su nacimiento, bautismo, etapa de monaguillo, seminarista, sacerdote y obispo. La pieza está dedicada a la Divina Trinidad a modo de agradecimiento por la vida le fue otorgada.

16 Talamas - Mi vida mosaico.jpg

Lee aquí el poema

La avenida homónima se ubica al sur poniente de la ciudad y realiza un corte transversal a través de ella. Lo que se encuentra después en dirección norte a sur son los fraccionamientos que cubren la última mancha urbana de Juárez, creada en años recientes: los confines conformados por Parajes del Sur, Parajes de San Isidro, El Mezquital y Colonial del Sur, entre otros; lugares hacia donde la población se extendió a falta de espacios en el interior de la urbe y donde constructoras vieron terreno fértil para la realización de sus proyectos. Son la periferia, así como era vista Ciudad Juárez respecto a la Diócesis de Chihuahua, desde donde ya no era posible mantener un control de los fieles, y por ello las autoridades eclesiásticas vieron necesaria la erección de una nueva Diócesis que administraría la fe a los creyentes de estas zonas que estaban fuera de alcance, misma que fue puesta en manos de Monseñor. El recuerdo de Talamás Camandari en esta zona muestra la idea de constante expansión a la que está sujeta la sociedad, pero también a la necesidad de no dejar caer en el olvido ni en el descuido estas zonas lejanas que forman parte de una misma localidad.

16 Av. Manuel Talamas

Claudia Chacón Bustamante

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Una poeta fotógrafa

jueves, 21 junio 2018 por juaritosliterario

Carmen Amato Tejeda es una reconocida poeta y promotora cultural independiente. Nació en Aguascalientes, en 1952, pero radica en Ciudad Juárez desde sus cuatro años. Tiene una maestría en Creación Literaria por la Universidad de Texas en el Paso y es doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Estatal de Arizona. Organizó y coordinó durante seis años el Encuentro de poetas en Ciudad Juárez. Ha colaborado con revistas literarias nacionales e internacionales. Algunos de sus poemarios son: Hoy somos del silencio (1992), Ciudad que se restaura (1996), El silencio que se hiela en la blancura de las hojas (1997), Gestación de la luz (2006), Estación Tempe (2008), Ni cincel ni fragua (2009), entre otros. Además de dedicarse al campo de la poesía, también ha participado en el área de la fotografía en distintas exposiciones individuales y colectivas. Entre las primeras destacan El trabajo de las mujeres en Ciudad Juárez, montada en el Museo de Arte de esta ciudad; En un rincón del alma, en el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez; y Repeticiones, en el Museo de Arqueología del Chamizal. En 2010 fue distinguida con la presea Edmeé Álvarez como Chihuahuense Destacada en el área de Literatura, otorgada por el Congreso del Estado, y con el de Mujer Cultura 2006 por el Ayuntamiento de Ciudad Juárez.

15 Amato - Retrospectiva4

En una entrevista realizada por Gustavo Tisocco, la poeta respondió que escribía por una necesidad de expresar y comunicar lo que veía, pensaba y sentía ante estímulos como la ciudad, la gente y la naturaleza. La poesía, entonces, para Amato, es un vehículo para comunicar aquello que le rodea. Los elementos que logran servir de génesis para sus versos pueden o no ser obvios para los demás; sin embargo, ella los plasma como si de una imagen se tratase. Ya lo decía ella al intentar definir su poesía: “Creo que tiendo a buscar la poesía fotográfica”. En el poema “En ella vivo”, logró captar con su lente poética parte de la violencia y el femicidio que aún persiste en la memoria juarense. Este texto se encuentra reunido en una antología bilingüe: Sangre mía. Poesía de la frontera: violencia, género e identidad en Ciudad Juárez (2013). Cincuenta y dos voces, además de la de Amato, adoptan una posición en contra de la indiferencia social, la deshumanización y el abandono, así como la impunidad.

28 Rathbun - Sangre mia poesia

Lee aquí el poema

Sangre mía, título del poemario colectivo, rinde un homenaje a la poeta Susana Chávez, quien fue víctima de lo que severamente denunció en su poesía y actos cívicos: el femicidio. En la composición de Amato, la voz poética no sólo acusa este crimen tan atroz hacia las mujeres, sino que presenta cómo le afecta a la sociedad juarense: gracias a la violencia hacia la ciudadanía, sobre todo a la comunidad femenina, la atmósfera que se desarrolla en las calles es de intranquilidad. La consecuencia más notable de esa angustia es el silencio fúnebre en cada rincón de la ciudad por su desierto geográfico. Dos son las reacciones que los juarenses sienten por tan penoso escenario: “la indignación y el miedo”.

15 Carmen amato pinta

Por último, existe una pequeña calle, limitada por Soneto 154 y Soneto 156, dentro de la colonia Olivia Espinoza de Bermúdez que tiene el nombre de la poeta. Es interesante que las calles que la limitan remitan a una forma lírica tradicional, ya que en la entrevista de Tisocco ella apunta que desde niña escribe poesía y, tal parece, como especie de presagio, su vocación es presentarles a los demás su visión del mundo a través de la creación de algunos versos. Esa calle obtuvo su nombre, como la propia Amato en una ocasión expresó, por un reconocimiento que le otorgó el Ayuntamiento de Ciudad Juárez.

15 Amato Amato

Esto hace constar el agradecimiento que la ciudad le concede por su ardua labor como creadora y promotora cultural juarense. Gracias a su “fotografía” poética esta frontera no quedará en el olvido, como lo demuestra “En ella vivo”. Este texto es un ejemplo de la poesía del norte de México. Amato exploró líricamente y recreó/construyó en forma de alegoría a la urbe fronteriza. Al denunciar un problema social que ella ha observado, no sólo alza su voz, sino hace que se escuche el pensamiento contenido de la comunidad. Así lo demuestran los siguientes versos: “En esta ciudad nunca nací… en ella vivo / y es después de mi casa, mi más cercana piel, / por sus poros respiran mis angustias, / por sus venas se drenan mis reductos”.

15 Calle Carmen Amato

Nohemí Damián de Paz

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Un Nobel español en nuestras calles: Benavente

lunes, 04 junio 2018 por juaritosliterario

Jacinto Benavente, un prolífico y reconocido escritor de teatro en su época, nació el 12 de agosto de 1866 en Madrid. Desde muy pequeño, fue aficionado a asistir a puestas en escena. Su interés en la dramaturgia llegó a ser tan grande que su padre le prohibió seguir con sus juegos teatrales; sin embargo, nunca renunció a ellos. Años después, en 1892, publicó su primer libro, Teatro fantástico, compuesto por ocho piezas cuyo objetivo final no era la representación. Ya para 1894, fue considerado una de las figuras importantes de las nuevas tendencias en letras españolas del momento. Tuvo relación con José Echegaray y Eizaguirre, premio Nobel de Literatura de 1904. En 1912, fue elegido miembro de la Real Academia Española, ocupando el sillón L. Nunca escribió su discurso de ingreso a la Academia y renunció a su puesto en 1939, quedando como académico de honor. En 1922, recibió un telegrama, durante su estancia en Argentina, notificándole haber obtenido el Premio Nobel de Literatura por su obra Los intereses creados. Después de ser galardonado con ese premio, se volvió una celebridad; fue centro de múltiples homenajes dentro y fuera de su país natal. Durante la Guerra civil española, se refugió en Valencia, de donde salió a proclamar, en 1939, el triunfo de Franco. Siguió estrenando y viajando hasta su muerte el 15 de julio de 1954, cerrando consigo una época del teatro español. Su presencia en tierras mexicanas se limita a su nombre en calles y centros educativos.

14 Joaquin Sorolla Benavente.jpg

La malquerida, una de las obras más reconocidas de Benavente, se estrenó el 12 de diciembre de 1913 con una excelente recepción entre los asistentes, quienes, al finalizar la función, se pusieron de pie y aplaudieron sin pausa. El éxito se debió, tal vez, a que aquella puesta en escena fue un reflejo de la afirmación del teatro de España. ¿De qué trata esta historia? Después de enviudar, Raimunda, quien debe hacerse cargo de su hija, Acacia, se casa con Esteban más que por amor, con el motivo de tener un hombre que ponga orden en su casa y acalle las habladurías de la gente que la conoce, y así mantener tanto su honor como el de su hija. No obstante, Esteban y la joven, a espaldas de la madre, viven un amor pasional que no quieren aceptar. Él lo resuelve asesinando a los pretendientes de Acacia y por ello comienzan a llamarle “La malquerida”. El drama –llamado así por su autor, pero considerado como tragedia por la tensión progresiva a lo largo del argumento–  se divide en tres actos y su tema principal radica en la lucha del amor y la pasión contra lo establecido por los lazos parentales, acompañado por el tópico del incesto. Otro de los aspectos que se destaca en esta obra es el desarrollo del habla rural que Benavente logra en ella. Su éxito llegó al punto de suscitar traducciones y adaptaciones cinematográficas, tres en vida el autor; las cuales, sin embargo, no fueron de su agrado.

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Lee aquí la obra de teatro

La calle Jacinto Benavente inicia en Camino Viejo a San José, pasa por la reconocida avenida Ejército Nacional y culmina en Canal, donde se encuentra un arroyo. ¿Qué hace una calle con el nombre de un dramaturgo peninsular en Ciudad Juárez? Resulta extraño encontrar a un ganador del Nobel que ha sido olvidado en las lecturas de los propios españoles en un espacio juarense. No obstante, varias arterias de esa zona también se denominaron en honor a otros reconocidos escritores extranjeros como Gabriel García Márquez y Pedro Calderón de la Barca; aunque cabe destacar que la Jacinto Benavente resulta considerablemente más grande. Cerca de ella está Plaza Juárez Mall, centro comercial que recibe diariamente a cientos de familias juarenses, y en el cruce con la Ejército Nacional destaca el restaurante mexicano “Cielito Lindo”, el cual, unos meses atrás, servía comida china. Tal vez esa indecisión de identidad nacionalista respecto a la comida que prefiere la comunidad muestra la paradoja de tener a un Nobel español olvidado como parte del entramado de la ciudad. Además, el dramaturgo, quien mostraba en sus textos a una sociedad rural, su habla y sus costumbres, representa ahora una de las partes más transitadas de la urbe juarense. ¡Vaya ubicación!

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Fernanda Villalobos Ocón

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Villarreal: de La tuna al Mint

miércoles, 23 mayo 2018 por juaritosliterario

La figura de Carlos Villarreal Ochoa encarna ciertas ambigüedades propias del viejo arte –quizá no tan antiguo– de hacer política bajo la bandera del partido tricolor: traficante malhechor, presidente municipal, justiciero vengador, emblema y mártir… dichosa la calle y puente que llevan su nombre. Oriundo de Durango, ocupó el máximo cargo político en Ciudad Juárez a mediados del siglo pasado, de enero de 1947 a finales del 49. Su formación profesional también se la debe a Chihuahua; en Parral adquirió el gusto por el ganado y se desarrolló en materia de comercio. Sabemos que tenía apego al negocio de toda índole y, al llegar a la frontera, pronto supo acomodarse en la aduana. Sus gestiones administrativas en esta oficina y una que otra malversación le costaron una estancia forzada en La Tuna, prisión federal de Nuevo México. ¡Contrabando etílico en época prohibicionista! Pero ya para entonces se había unido al partido que en aquellos tiempos aquí en el norte más que priísmo se llamaba quevedismo, por la influencia ejercida por los hermanos Quevedo. Bajo ese manto protector no había cárceles ni oponente alguno (literal) para llevarse el Municipio. El gobierno de Carlos Villarreal se hizo fama por su mano dura, e incluso se cuenta que practicaba la ley fuga allá por Samalayuca. El orden público como baluarte hizo que los medios para alcanzarlo fuera lo de menos. El escritor Filiberto Terrazas Sánchez, en La voz de los siglos, refiere que la paz era tal que los juarenses dormían con ventanas y puertas abiertas.

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Así como este cronista, existen muchas más plumas que han reconstruido el devenir de la ciudad. La historiografía del antiguo Paso del Norte se lee desde varias voces, según el periodo, los objetivos o la formación de cada historiador. No es la intención dar cuenta de ellas, aunque aprovecho para mencionar a las que suenan más fuerte, ya sea porque gozan de una buena distribución o por el rigor de su trabajo. La monografía de José Manuel García-García sobre la región detalla los textos de su historia y su cultura (2005); no hay quien sepa más sobre Propiedad de la tierra (2002) y urbanismo que Guadalupe Santiago Quijada. Mientras que Martín González de la Vara (2002) y Raúl Flores Simental (2010) sobresalen por el esfuerzo de síntesis en sus breves historias; David Pérez López se ocupa de Los años vividos (2005) en el transcurrir cotidiano. Anterior a todos ellos, destaca la figura de Armando B. Chávez, historiador de la vieja guardia, implicado a fondo con sus sujetos de estudio, cauteloso con su puesto de trabajo. En 1959 imprimió en la Ciudad de México (sin sello editorial y con fondos propios) Sesenta años de gobierno municipal. El libro pasa revista a la gestión y datos biográficos de los jefes políticos del Distrito Bravos y presidentes del municipio de Juárez, 1897-1960.

05 Chavez - 60 años

Lee aquí el capítulo

Para esas fechas, en el tercer centenario de la fundación de la Ciudad, Carlos Villarreal aún se encontraba con vida, y Chávez nos cuenta que “sigue radicado en esta frontera… casado con Josefina Quevedo [¡qué sorpresa de apellido!], viven… en su actual residencia de la avenida 16 de Septiembre Oriente número 1819”, a una cuadra de la de Juan Gabriel. Se dedicaba “a sus negocios ganaderos. Es propietario del rancho Los Ojitos, en el Distrito Galeana, Municipio de Janos, y de otros en el Estado de Chihuahua”. Es decir, iba para gobernador del Estado. Sin embargo, su carrera política fue interrumpida de forma fulminante. La mano de hierro con la que se impuso a sus adversarios le valió la estrecha cercanía de sus enemigos. En febrero del 63 (junto con otro expresidente, Víctor Ortiz) Villarreal fue acribillado por un matón a sueldo en el bar Mint, en la Avenida Juárez. El asesino, Francisco Olivera Castel, fue encarcelado, pero pronto salió libre, y se incorporó a la burocracia en Villa Ahumada, clásica argucia tricolor.

05 Tuna - Mint.jpg

¿Pero qué hizo el presidente a nivel urbano y de desarrollo social? El balance luce positivo y también por eso deberíamos recordarlo. Durante su mandato inauguró el Cine Plaza en el Centro; se construyó el Auditorio Municipal, “orgullo de la ciudad” y la Estación no. 2 de Bomberos, ambos en torno al Parque Borunda; se pavimentaron 350 mil metros cuadrados de arterias, con lo que algunas de ellas cambiaron su nombre, como la actual Avenida Hermanos Escobar; se tendió el alumbrado público en las calles principales (como la que ahora lleva su nombre en la colonia Las Margaritas); se abrieron varias escuelas, como la Gregorio M. Solís en donde mi hija inició su primaria. A su administración le debemos el Puente Libre, antesala del PRONAF, “que une a la isla de Córdoba con la calzada de las Américas”, y que ahora se llama Carlos Villarreal. Este puente también le hace honor al político, ya que, a riesgo del colapso, no se puede circular por los carriles laterales; o sea, si uno se acerca a sus orillas sobresalen las anomalías. Por último, el presidente municipal “estableció por primera vez el servicio de radiopatrullas con flamantes automóviles bien equipados”, que lamentablemente no rondaban cerca de El Mint aquella noche de febrero.

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Carlos Urani Montiel

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Acolhuacan en órbita

lunes, 14 mayo 2018 por juaritosliterario

Acolhuacan, durante la época prehispánica se encontraba cerca del actual Valle de Texcoco, en la ribera este del casi extinto lago de Texcoco, a poco más de una hora de la Ciudad de México. Ahora se divide en cuatro regiones principales que acogen varios poblados que a su vez cuentan con sus propios gentilicios, topografía y sistemas de gobierno independientes pero, en el pasado, todos se regían por una misma lengua impuesta por el reinado al que pertenecían (el náhuatl) y un mismo nombre dentro de ese gran territorio que ocupaban: acolhuas. El significado que se le atribuye a esta palabra es, casi literalmente, “esos que tienen antepasados que provienen del agua”, aunque también existen otras acepciones: señores o moradores del agua. Son conocidos, principalmente, por su tlatoani Ixtlilxóchitl Ometochtli, quien se casaría con Matlatzihuatzin para convertirse en los padres del poeta prehispánico más leído de todos los tiempos: Nezahualcóyotl. Del poblado se sabe poco; hay menciones poco profundas en los textos de poblaciones vecinas con las que interactuaban, pero de los acolhuas como tal no se tiene información precisa o de primera mano. Fuera de Nezahualcóyotl, no hay otra prueba que perdure sobre los habitantes de la zona.

13 Señorío Acolhuacan

Ya que no existe un texto concreto que se refiera a los acolhuas, haré referencia a varios libros que me parecieron interesantes y los mencionan. Para comenzar, Población y sociedad: cuatro comunidades del Acolhuacan, de Marisol Pérez Lizaur, muestra la actualidad de lo que en un pasado fue dicho territorio. En la introducción, la investigadora se ocupa de los habitantes prehispánicos y algunos de sus logros, procurando ubicar al lector con referentes actuales en un plano geográfico de lo que anteriormente fue el señorío de los “señores del agua”, con sus 11 reinos dependientes en la Cuenca de México. Además, en Nezahualcóyotl: vida y obra, José Luis Martínez dedica todo un capítulo a la descripción física del reino que el heredero al trono creó luego de levantarlo una vez más tras la batalla que lo llevó a huir durante años. El historiador hace un recuento de sus palacios, jardines e incluso las escuelas que existieron en aquel entonces. Y como es de esperarse, el nombre de su lugar de origen aparece con frecuencia en sus poemas, tales como: “Comienza ya, / canta ya / entre flores de primavera, / príncipe chichimeca, el de Acolhuacan.”

13 Nezahualcoyotl Ixtlilxochitl

El resto son referencias mínimas en textos que mencionan al pueblo por las guerras floridas. Para muestra, figuran varios de los escritos y traducciones de Ángel María Garibay y su discípulo Miguel León-Portilla. Así, casi todo lo que se encuentra en la literatura referente a estos naturales del México prehispánico son crónicas que relatan lo que ocurría a terceros durante la época de la conquista. Su papel fue más bien de espectadores y no queda mucho, o relativamente nada, de lo que los acolhuas pudieron dejar escrito a su paso.

13 PerezL - Poblacion sociedad Acolhuacan

Lee aquí el estudio antropológico

En Ciudad Juárez, para tristeza de los propios acolhuas, pocos saben la historia detrás del rótulo marcado en la esquina de esa calle. Muchos sólo conocen el sitio porque lo asocian con la estación de radio local, Órbita 106.7 FM, sin imaginarse la cantidad de cosas que se pueden decir respecto a ese simple nombre que nos remite a toda una cultura de nuestro lejano pasado. Actualmente, la calle Acolhuas es un punto de referencia que nos remite a la Perimetral Carlos Amaya, al conocido “Hoyo” para comprar cosas de segunda mano y la descuidada rotonda de Quetzalcóatl. También es un referente geográfico para todo aquel que conoce o vista la colonia Aztecas. Las casas que se asientan en la larguísima calle de Acolhuas se debaten el terreno familiar contra bodegas y lotes baldíos. ¿Cuántos vecinos tendrán idea del origen del nombre que aparece en la reluciente placa del lugar en el que habitan? Para finalizar, dudo que el espacio urbano coincida de alguna manera con el nombre que porta. Los acolhuas fueron guerreros sacrificados en batallas, ciudadanos que cultivaban su propia comida con las manos; el sitio industrializado de calles pavimentadas, vista desértica y pocos árboles no se asemeja al paisaje boscoso y lacustre en mitad de una cuenca, que nunca antes, como en esa época, pudo tener más vida.

13 Acolhuas Orbita

Zaira Selene Montes Guzmán

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¿Bartolomé de las Casas? Sí, por el Monumento

viernes, 04 mayo 2018 por juaritosliterario

Bartolomé de las Casas, hoy una referencia cartográfica abandonada y triste, inicia su trazo de norte a sur, desde la 16 de septiembre a la 2 de abril. La calle está impresionantemente unida –por el abandono y la destrucción en que se encuentra– a los pensamientos del personaje a quien representa y a su obra más celebre: Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Bartolomé de las Casas, nombre reconocido entre las tantas plumas que escribieron la historia del Nuevo Mundo, llegó en 1502 a La Española: un “Nuevo Mundo” que auguraba una novel realidad y, junto con esta, un botín inmenso. Venir a la Nueva Jerusalén prometía no regresar con las manos vacías. Pero para Las Casas no, a pesar de gozar los mismos privilegios que por encomienda daba la santísima iglesia de Dios y el rey de Castilla, mismo sistema de explotación que otorgaba posesión de nativos a los representantes de la buena nueva. Las Casas por decisión propia, quizá motivado por fray Antonio de Montesinos, y lleno de una conciencia absoluta hacia la vida del hombre, renuncia a este privilegio y se dedica a la defensa de los indígenas. Lo cual lo lleva a presentar en 1542 su Brevísima y controvertida relación, logrando en ese mismo año, por decreto del rey Carlos V, el comienzo de la abolición de la encomienda.

12 Fray Bartolome

Las Casas no solo escribió la obra antes citada, también acumuló gran parte de escritos históricos del Nuevo Mundo, en los cuales destacó la forma en que sus narraciones aportaban ideologías defensoras hacia los indígenas y sus tierras. En su Brevísima relación de la destrucción de las Indias, las Casas, refiriéndose a los naturales, narra: “Son también gente paupérrima y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; y por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los santos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas”.  En este fragmento se puede ver el gran peso ––un poco exagerado–– que Las Casas pone en torno a la austeridad en que se encuentran y la ventaja que se tiene sobre ellos. Al igual expone que aquellos aborígenes que debían ser evangelizados no eran tan salvajes como se les acusaba. Al decir que tenían cubiertas sus vergüenzas, Las Casas intenta demostrar que así también lo hacían Adán y Eva, exiliados del paraíso y conocedores del Pecado Original. Tales creencias estaban muy incrustadas en la ideología judeocristiana de los españoles en aquella época. Se narra en el Génesis 3:10 que cuando Dios busca a Adán, este se esconde y, al ser encontrado, dice: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo”. Por lo tanto, esas tendencias al pudor y a cubrirse sus partes íntimas acortaban la gran brecha que dividía a estas dos civilizaciones.

12 Casas 1552 Brevisima

Lee aquí la relación

Hoy, toda la historia yuxtapuesta en ese nombre que, a su vez, sirve de modo pragmático a una calle estrecha y medio deshabitada, trae a esta frontera ––atropellada por la indiferencia cultural de sus propios habitantes––, una pregunta: ¿Quién abogará por ellos ante los que abusan de las encomiendas? Mismas que la Iglesia ya no provee, sino el Estado. Puede que pocos conozcan quién fue Bartolomé de las Casas, pero saben ––y de eso estoy seguro–– el significado de la brevísima destrucción de las indias, pues esta sigue su marcha perenne. Tzvetan Todorov, al escribir La conquista de América, pone como epílogo “La profecía de Las Casas”. Él propone enfocar la condena que Las Casas escribe en su testamento, como si esta fuese un presagio por las guerras y tragedias acaecidas en Europa. “E creo ––escribe Las Casas en su testamento–– que por estas impías y celerosas e ignominiosas obras tan injusta, tiránica y barbáricamente hechas en ellas y contra ellas, Dios a de derramar sobre España su furor e ira, porque toda ella ha comunicado y participado poco que mucho en las sangrientas riquezas robadas y tan usurpadas y mal habidas, y con tantos estragos e acabamientos de aquellas gentes”. Aunque un poco fuera de contexto, cabe mencionar ––porque las riquezas se siguen robando–– que se ha cumplido y aún sigue firme en su camino “la profecía”. A la fecha, el fraile es para esta frontera un nombre más, como tantos otros, que solo sirven de referencia para ubicar a sus habitantes: “Oiga, ¿por dónde queda la Bartolomé de las Casas?” “Allí, joven, casi llegando al monumento”.

12 Casas abandonado

José Manuel Enríquez Muñoz

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El Ulises de la Chaveña

lunes, 23 abril 2018 por juaritosliterario

Ulises Irigoyen nació en Satevó el 2 de enero de 1894. Salió de la sierra chihuahuense para iniciar sus estudios en el Colegio Palmore de la ciudad capital del mismo estado, luego completó su educación como contador en Estados Unidos. Sus padres fueron juaristas y lerdistas. Ulises heredó la ideología anti porfirista y fue simpatizante de Venustiano Carranza, por lo cual tomó parte activa en el constitucionalismo. Entre los cargos públicos que ocupó están el de jefe de aduana, secretario de la Cámara de Comercio (estos dos en Ciudad Juárez), oficial mayor de Hacienda y director de Ferrocarriles, Tránsito y Tarifas. En el libro Origen de Mexicali (Universidad Autónoma de Baja California, 1991), Adalberto Walther Meade afirma que Irigoyen era “de clara inteligencia y dotado de un entusiasmo poco común”, y que su personalidad “pertenece a la de ese tipo de hombres que […] logran hacer prevalecer sus ideas a pesar de los prejuicios y en contra de los intereses creados”. Una prueba de ello es su insistencia en el perímetro libre, acuerdo comercial que rindió frutos en Tijuana, Ensenada, Mexicali, Tecate y San Luis Río Colorado. Irigoyen también impulsó de manera importante la obra ferrocarrilera, con beneficios para Sonora y Baja California e incursiones notables en la sierra Tarahumara.

11 Irigoyen ferrocarril

Además de los textos que atañen a las funciones que desempeñó, Ulises Irigoyen se dio tiempo para dejar registro escrito de aspectos cotidianos, episodios biográficos y anécdotas de lo que vio y vivió en México, Estados Unidos y Europa. Su estilo no era de lo más limpio, pues luego de escribir nunca volvía a las hojas para pulir sus palabras. No obstante, se le considera un precursor de la literatura en la frontera. Su obra se compone de Caminos (1934), Anécdotas biográficas del educador chihuahuense Mariano Irigoyen (1941) y El coronel Ahumada: gobernante educador (1942). El Gobierno Municipal de Ciudad Juárez, en la administración 2004-2007 junto con la Dirección General de Educación y Cultura, publicó en 2005 La obra literaria de Ulises Irigoyen y José López Bermúdez, cuya compilación fue realizada por José Manuel García-García. Dicha publicación es el tomo V de la Colección Precursores. Bajo el título Nostalgias (1924-1943) García-García retoma algunos textos de Irigoyen y, rebautizándolos, los reúne en 135 páginas. En ellas, el lector podrá enterarse de episodios de vida infantil, de sus experiencias de viaje, así como de ideas en el terreno de lo filosófico, del tiempo, de la vida y de la muerte entre otros temas. Ejemplo de lo anterior es cuando en “Historias de la abuela” afirma que nuestros años y centurias, con lo que medimos las obras, no son sino “migajas de la eternidad”. En “La visita” se refiere a la muerte y la vida cuando escribe: “llegar al segundo infierno, más benigno que este, al que llegamos sin nuestro consentimiento y del cual después da miedo salir”.

11 Irigoyen obra

Lee aquí una selección de Nostalgias

La calle Ulises Irigoyen recorre la popular colonia Chaveña a lo largo de dieciséis cuadras. En sentido sur a norte, inicia en el cruce con bulevar Municipio Libre, cruza “los Herrajeros” y, luego de ocho cuadras, se ve interrumpida en el espacio ocupado por el IMSS; después continúa para terminar en el parque igualmente llamado Chaveña. El grueso de la gente que la transita se concentra en el mercado también llamado de los Cerrajeros, donde compradores y vendedores atienden a una distinta modalidad de lo que Irigoyen entendía por libre comercio. Derechohabientes y trabajadores del IMSS caminan por los cortes, las esquinas donde la vía fue segmentada sin poner mayor interés en las placas. El parque incluso en fin de semana tiene pocos visitantes.

11 Irigoyen NetNoticias

Ya se ha hablado en este mismo blog de la indiferencia que muchos habitantes tienen respecto a por qué una calle lleva determinado nombre o quién fue tal personaje, pero no siempre se da el caso. Valga como ejemplo el siguiente testimonio: El edificio cuya fachada da a la calle Libertad, y que ahora es la preparatoria “Hermanos Escobar”, sirvió hace décadas como escuela primaria; se llamaba “21 de agosto”. La parte posterior de la construcción tiene un portón cuya salida conduce a la U. Irigoyen, según muestra la placa. En la esquina, un vendedor de raspas se gana el sustento. Los niños salen, compran una de fresa, una de uva… un estudiante de primer grado voltea y lee: “U. Irigoyen”; ¿de qué será la U? Pide su raspa de coco y regresa al patio escolar. Ya en el aula, pregunta a su maestro: “¿Qué es la U?, Pues una letra, Pero la U de afuera que va antes de Irigoyen, Esa U significa Ulises”. El asunto no va más allá, probablemente maestro y niño morirán sin conocer la biografía del de Satevó; a menos que, como en la segunda ley de Newton, exista una fuerza que los haga variar su rumbo. Para algunos mortales, esa fuerza es Juaritos Literario.

11 Irigoyen Joel

Joel Abraham Amparán Acosta

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El lugar de los muertos

viernes, 02 marzo 2018 por juaritosliterario

La zona arqueológica de Mitla se localiza en el estado de Oaxaca, en el valle de Tlacolula; forma parte del Patrimonio cultural de la humanidad y es uno de los puntos turísticos más importantes de México. El lugar nos remite a nuestro pasado histórico, ya que funcionaba como centro político y religioso de los zapotecas después de la caída de Monte Albán y antes de la llegada de los españoles. La palabra de origen náhuatl proviene de Mictlán, “lugar de los muertos”, y tiene un importante significado dentro de la mitología mexica pues, como su nombre lo indica, era el lugar al que iban a parar los mortales cuando les llegaba su hora, una especie de inframundo compuesto por nueve regiones que eran atravesadas por los difuntos antes de llegar a su destino final. Por otro lado, Mitla es conocida por sus impresionantes construcciones, templos y palacios, las cuales llaman la atención de los viajeros e investigadores principalmente por su arquitectura y decoración basada en greca escalonada. En 1881 comenzaron las primeras tareas de excavación, consolidación y conservación, a partir de las exploraciones de Bandelier. Los edificios se dividen en cinco grupos: el de la Iglesia, el de las Columnas, el del Calvario, el del Arroyo y el del Sur. Cada uno de ellos consta de tres patios rodeados por habitaciones, los cuales se comunican a través de pasajes ubicados en alguna esquina de las habitaciones.

10 Mitla Palacio rojo

Désiré Charnay es considerado un pionero de la fotografía arqueológica. Tenía muy claro su objetivo: quería documentar a través de la fotografía las ruinas y los monumentos de los diferentes sitios arqueológicos mexicanos que recorrió durante el siglo XIX, los cuales eran su objeto de estudio. Ciudades y ruinas americanas. México, 1858-1861. Recuerdo e impresiones de viaje es un libro bastante relevante en el terreno de la fotografía arqueológica, siendo de los primeros en hacer este tipo de recopilaciones, ya que antes los registros arqueológicos se realizaban a través del dibujo. Existe otra edición (que es la que ofrecemos) que solo recoge las crónicas, pero aquí se pueden ver algunas fotos. Charnay relata anecdóticamente sus experiencias en diferentes puntos de México y le dedica un capítulo a Mitla.

10 Charnay - Ciudades ruinas

Lee aquí el capítulo

En este apartado se describe una geografía agreste e ingrata, con vientos que secan todo y una vegetación casi inexistente, salvo por algunos pitayales, plantas espinosas que apiñan la aridez del lugar. El arqueólogo menciona que, a pesar de que durante los tiempos de conquista Mitla ocupaba un enorme espacio, al momento de su llegada solo encontró un conjunto de tres pirámides y seis palacios en ruinas, los cuales estaban dedicados a la sepultura de personajes importantes. Por su parte, quienes ocupaban un rango menor eran enterrados en unas construcciones rectangulares con recubrimientos de piedra simple. Charnay propone la posible ocupación, tiempo después, de aquellos grandes edificios por una raza menos avanzada que los primeros fundadores, ya que esto explicaría ciertas pinturas imperfectas que contrastan en medio de unos palacios cuya arquitectura –en forma de tau– rondaba en lo asombroso. Sobre los materiales utilizados en su cimentación resalta la tierra aglomerada, revuelta con grandes cantos de piedra.

10 Mitla - Tikal

La calle Palacio de Mitla atraviesa un área extensa de Ciudad Juárez, abarca varias colonias y cruza una de las avenidas más importantes, las Torres; se conoce principalmente por su plaza, la cual, cada fin de semana se convierte en unas segundas donde cientos de familias se reúnen para hacer compras o pasear. Este centro comercial y el de la arteria Palacio de Tikal, a unos cuantos metros de distancia, representan bien el nombre del lugar en el que se ubican, pues la estructura arquitectónica de sus locales simula las ruinas de las dos ciudades referidas, imitando su forma y color. Además, algunos letreros muestran dibujos de pirámides. Las calles contiguas también ostentan rótulos de ruinas arqueológicas: Paquimé, Monte Albán, Uxmal, Bonampak, Tulúm, entre otras. Sin embargo, no existe alguna relación notable entre el espacio citadino con los títulos que lo nombran; salvo dejar clara la intención de preservar la memoria de aquellos lugares que tuvieron gran relevancia en el desarrollo histórico y cultural de nuestro país.

10 Mitla plaza

Daniel Alberto Malaquías Gutiérrez

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Un ogro en Camelias

viernes, 23 febrero 2018 por juaritosliterario

La flor camelia es una planta nativa de Asia oriental que llegó a Europa a finales del siglo XVI y el 90% de las especies clasificadas actualmente tiene su origen en China, donde se usan sus hojas como té. El naturalista Linneo, para honrar la labor del jesuita Jorge Kamel sobre la flora y la fauna de las islas Filipinas, nombró a la planta con dicho nombre; sin embargo, en Japón, la conocen como tsubaki. Existen más de 200 especies y diversas leyendas explican su origen. Sus colores son variables y suelen medir entre 80 centímetros a 2 metros, además de caracterizarse por no perder sus pétalos y desprenderse completamente al marchitarse.

09 Camellia japonica

Ahora bien, con Septiembre y los otros días, publicado en 1980, Jesús Gardea obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en la modalidad de cuento. Este, su segundo libro, se compone de diez relatos donde la prosa poética domina la narrativa y, a decir de la crítica, lo ubica en el mejor momento de la producción del autor chihuahuense. En “Según Evaristo”, se narra la amistad entre Sanjurjo y el personaje que titula el cuento. El cuento se caracteriza por los olores en la atmósfera y un fantasmal “Ellos están aquí —dijo, y aplanó la mano contra el pecho”. Cuando se conocieron, Evaristo era herbolario; sin embargo, nunca había olido la yerbabuena hasta la llegada de Sanjurjo: “hasta ahora es que huelo realmente la yerbabuena; hasta ahora que la pone usted debajo de mis narices”. Su amistad se fortaleció después de que Evaristo decidió dejar a su esposa al ser infeliz, aunque se fragmenta tras la muerte de su segunda esposa.

09 Gardea Septiembre

  – Lee aquí el cuentario

Jesús Gardea dejó de ejercer su profesión de dentista a los 40 años para dedicarse por completo a la escritura. Toda su obra la escribió en la casa que habitó en Ciudad Juárez por 33 años, y era conocido en la comunidad literaria como “el ogro de las rosas”, ya que vivía en el Fraccionamiento Las rosas, en la calle Camelias #5275. Su seudónimo proviene por haber sido un hombre parco al hablar, solitario, alejado de cualquier circulo literario: ogro por su personalidad y rosas por vivir entre ellas, aunque fueran avenidas. Cuando acudí a tomar la foto de la placa de la esquina y de su casa, me encontré con una calle vigilada por un guardia, que al comentarle el motivo de mi visita no sabía (y seguro no le interesaba) que hace 17 años había vivido ahí el mejor escritor de Chihuahua; sin embargo, el “líder de la calle” me platicó que conoció al escritor y que todas las mañanas lo veía pasar cuando se dirigía a su consultoría, y que incluso le había arreglado un diente, aunque aún no lo había leído. La calle Camelias se encuentra entre la Av. Plutarco Elías Calles y Lago de Pátzcuaro, muy cerca del S-Mart Teresiano y de Telón de Arena.

09 Casa de Gardea

Daniel Aquino Hernández

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Ruiz de Alarcón: verdad y sospecha

jueves, 15 febrero 2018 por juaritosliterario

Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza nació en el año 1580 o uno después. No se sabe a ciencia cierta si el lugar donde vio la luz por primera vez fue la actual Ciudad de México o Taxco. En España dicen que es indiano (americano); en México, que español. Algunos críticos de teatro lo señalan como un gran dramaturgo; por el contrario, otros indican que no es para tanto. Era corcovado y pelirrojo, y su conversación resultaba atrayente. Denostado por algunos escritores de su época, favorecido en menesteres políticos… El hecho es que el creador de la comedia de caracteres (aquella en donde la personalidad del protagonista determina la acción y no los azares, enredos o apariencias) alcanzó a posicionarse entre los principales autores de los Siglos de Oro. Lo relevante de su producción dramática se contrapone a la escasez de la misma, pues veinte obras es un número pequeño si se le compara, por ejemplo, con las cerca de dos mil que supuestamente escribió otro aurisecular: Lope de Vega. La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, tras una iniciativa presentada y luego dirigida por Ysla Campbell, se ha dado a la tarea de editar, completa, la escritura teatral del novohispano. Hasta el momento de escribir esta entrada, han sido publicados 10 volúmenes con sendas obras.

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El trabajo más representativo de Alarcón (así suele llamársele, haciendo a un lado tanto el nombre de pila como el primer apellido) es La verdad sospechosa, una comedia de caracteres en tres actos, publicada originalmente en 1643. Sospechosamente, el texto aparece atribuido a Lope de Vega en otra publicación; sin embargo, fue el mismo Alarcón quien se encargó de aclarar la autoría. García, personaje protagónico, tiene la costumbre de mentir; Beltrán, padre de García, considera la falsedad un vicio deleznable. García conoce a una mujer de quien se enamora, pero incapaz de refrenar su tendencia a mentir, y en el afán por conquistarla, inventa situaciones extrañas, apenas creíbles. Por un error de comunicación (aspecto recurrente en la literatura de la época), García llama Lucrecia a Jacinta, cuando la primera es una amiga-de, y la segunda, quien le atrae. Someros enredos aparecen conforme avanzan las escenas. El tono suave se mantiene en los diálogos, y solo García da muestras (pocas) de gravedad. Al fin Siglos de Oro; en los últimos versos Beltrán concierta los matrimonios y, al fin comedia, el vicioso protagonista no consigue lo perseguido y es “castigado” de una forma que se antoja tan ligera como suficiente: casándolo con una mujer a quien no ama. Mientras tanto, el galán honesto es premiado con un enlace donde existe amor de por medio. Pese a que la sentencia final (“… en la boca / del que mentir acostumbra / es la verdad sospechosa”) apunta más a un axioma que a una moraleja, algunos especialistas han clasificado a La verdad sospechosa como una obra moral.

08 Ruiz de Alarcon II

Lee aquí la comedia

En Ciudad Juárez, algunos habitantes de las zonas aledañas a la clínica y hospital del IMSS mejor conocidos como “Seguro nuevo”, se consideran afortunados, específicamente por la calle Juan Ruiz de Alarcón. Primera ventaja: hay tranquilidad, ningún extraño, a pie o en automóvil, pasa por allí. Segunda: gracias a la poca distancia que los separa de avenidas principales, tienen cerca todo o casi todo: cine, gasolinera, plazas comerciales, escuelas (desde kínder a universidad), el dicho hospital, tienditas de esquina y de conveniencia. Tercera: cruzando la acera hay un parque donde poner en práctica el ocio. Cuarta: es geográficamente céntrica. Quinta: aunque una avenida principal es aledaña, no se percibe ruido.

08 Juan Ruiz Calle

Yo: cuando veo las placas con el nombre de la calle, sé que en verdad es la que busco para escribir esta entrada. El problema es que luego surge una sospecha… Andando unas cuadras más hacia el poniente, paralela a la calle ya mencionada, se encuentra otra importante avenida: “la” Valentín Fuentes Varela. Los pasos me conducen, la vista me guía, y esta me lleva a fijar la mirada en una placa domiciliar de la acera norte. Dice claramente: “Calle Juan Ruiz de Alarcón”. Luego descubro que no es la única, sino que hay cinco más, y a sumar otras tres de la acera sur. Y a preguntar, a los historiadores de la ciudad, a los vecinos del sector, a los libros de la biblioteca. Una señora dice que ella llegó en el 80, que luego construyeron el Seguro y después el señor Fuentes se aferró a que le cambiaran el nombre a la calle. Un señor: que él tiene muchos años viviendo allí, como desde el 75, y siempre ha sido igual: la calle tiene el nombre del agricultor, no del escritor. Miguel García Sáenz, de la Sociedad de Historiadores de Ciudad Juárez, recuerda que el cambio vino en la administración del Ing. Bernardo Norzagaray; esto es, entre 1968 y 1971. Qué ocurrió desde entonces y cómo se vive ahora sobre “la Valentín”, no es tema de esta entrada. De cualquier manera, entre las dos opciones, es mejor vivir sobre la pequeña Juan Ruiz de Alarcón.

08 Placa domiciliar

Joel Abraham Amparán Acosta

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